martes, 27 de junio de 2017

Paseo por Donosti " Bahía de la Concha" 3º parte

En este paseo me voy a centrar un poco más en la playa de la Concha y el paseo  que la rodea. Cuando vienes del puerto una parada obligada es en esta zona de la foto. Sirve de relax para el descanso y para  hacer fotos. 
Playa de la Concha con marea baja 

Con vistas a la bahía y al puerto  

Puedes pasar alrededor de la playa o atravesar el parque con jardines y tamarindos delante del ayuntamiento. Si vais con niños una vuelta en este carrusel antiguo es inevitable.

Carrusel en el paseo 
                              
Jardines y ayuntamiento 
Jardines y tamarindos

Paseo de la Bahía de la Concha
      

Con buen tiempo el pasear por el paseo de la Concha sin prisas y mirando el paisaje que nos ofrece la bahía es de lo más recomendable. La playa con 1350 m. de arenal para poder pasear  por la orilla y vuelta es un paseo saludable merece la pena. 
Zona de Loretopea

Cualquier dia es bueno para pasear por Donosti


Fotos sacadas en distintas épocas y meses porque un paseo por Donosti es una delicia.




 En verano  y buen tiempo 

Apoyada en la barandilla mirando la marea alta


















Y si visitais Donosti en pleno verano y hace buen día bajar a la playa a tomar el sol y pasear por la orilla y darse un baño ya es una maravilla. 

Playa y arenal  de la Concha con marea baja 

A lo largo del paseo de la Concha encontramos varios elementos con personalidad propia y reconocidos fuera de la ciudad: la barandilla de la Concha (uno de los iconos más universales de la ciudad, inconfundible gracias a sus formas ornamentales), las farolas (que sirven de premio en el festival de cine), la zona  de “los relojes” (acceso principal a la playa), la zona de La Perla (con sus distintas ofertas de talasoterapia, hostelería, asociaciones deportivas…). Todos estos elementos hacen que los paseos por la Concha (por la playa o por el paseo urbano) sean una actividad ineludible para turistas y donostiarras. El paseo alrededor de la bahía puede continuarse rodeando el Monte Urgull por el Paseo Nuevo, y llegando hasta el final de la Playa de la Zurriola, en la zona de Sagüés, en lo que constituye un espectacular paseo urbano de alrededor de 6 kilómetros.

El ayuntamiento y las típicas farolas



Es una maravilla tanto las farolas como la barandilla que adorna la Concha.



Farola típica en trofeo del cine 
Barandilla típica detalle



En primer plano se ve la rampa de acceso a la playa de la Concha. Una barandilla blanca protege el lateral de la pendiente. En lo alto de la rampa se encuentran los dos relojes. Se trata de dos torretas u obeliscos, que tienen un reloj y un barómetro respectivamente en la parte superior. Están rematadas por dos veletas. En la parte inferior de una de las torretas hay un cartel que dice: "La Rontonda". De cada una de las caras de los dos obeliscos surge un brazo metálico, que sustenta dos bolas que actúan como farolas.
                                                                         
Yo junto a los relojes







Es un espectáculo visitar San Sebastián y especialmente la Playa de la Concha, flanqueada por sus dos montes y su isla, pasear a lo largo de su paseo viendo las mansiones y palacetes, nadie debería perderse esta fantástica visita. Al final de la playa si es la hora del chiquiteo tomarse unos pintxos en el casco viejo es una delicia. Y si la caminata te resulta cansada relajarse en la Perla es una buena alternativa. 



                           Talasoterapia de La Perla
Edificio La Perla  a mitad de  la playa 



La Talasoterapia de La Perla es la heredera natural del ambiente de la Belle Epoque donostiarra. Hace más de un siglo, la reina María Cristina establece en la ciudad el centro de veraneo de la Casa Real. Los baños de mar formaban parte de los placeres refinados de los veraneantes, un placer que unía los efectos terapéuticos a la relajación y el bienestar.

En La Concha, con el título otorgado de “Playa Real” se inauguraba La Perla, un balneario de madera que sería sustituido en 1912 por el nuevo balneario, señalado por los periódicos de la época como uno de los más hermosos del mundo. La Perla del Océano aprovecharía sus instalaciones para repartir salud y serenidad.

En la actualidad, en el incomparable marco de la Bahía de La Concha, se encuentra el Centro Talaso-Sport La Perla. Un centro de Talasoterapia y Deportivo, que aúna los beneficios del mar con la puesta en forma.
Un lugar único en Europa, donde el agua marina es el medio para conseguir una verdadera terapia de relax y tonificación física.
Un lugar donde encontrará la más moderna tecnología en programas físico-deportivos, terapéuticos, de relax y antiestrés. Muy recomendable.

 Edificio de la Perla desde la playa
Talasoterapia











Isla de Santa Clara

La isla de Santa Clara  vista desde el Palacio de Miramar 


El otro elemento principal de la bahía es la Isla de Santa Clara. Pocas ciudades pueden presumir de tener una isla en plena bahía y Donostia / San Sebastián es una de ellas. Se puede disfrutar de su pequeña playa, de los paseos hasta el singular edificio del faro, de los senderos con sus merenderos o los cafés en la terraza del bar, y su cercanía respecto a las playas de la bahía también hacen posible el acceso a nado durante todo el año.Os cuento como anécdota que la Isla de Santa Clara pertenece a Eibar. (Creo que en  tiempos de la Guerra fue un cambio por armas).



 Playa de la isla 

Santa Clara cuenta además con su propia playa, que es una experta en el arte de aparecer y desaparecer. Su pequeña superficie, que no supera los 30 metros de longitud, la deja a merced de las mareas, pero también le ha proporcionado su exquisito encanto. Ser pequeña no le ha supuesto ser desierta, todo lo contrario. La playa de la isla dispone de todo tipo de servicios, desde bar con terraza hasta puesto de socorro, incluso puede presumir de contar con una “piscina natural“ de agua de mar. Se dice que con las mareas vivas de otoño hay quien ha logrado llegar a pie con la bajamar, desde el Peine del Viento. 


A mitad del camino entre la playa de la Concha y la playa de Ondarreta  tenemos una subida al palacio de Miramar. 
Palacio de Miramar  



Cuando la reina regente María Cristina, madre de Alfonso XIII, comenzó a veranear en Donostia-San Sebastián, surgió la necesidad de construir una "Casa Real de Campo". El lugar elegido por la Reina fue la finca del Conde de Moriana, un pequeño montículo entre el centro de la ciudad y el Antiguo con estupendas vistas a la bahía de la Concha.

Siguiendo el proyecto del arquitecto inglés Selden Wornum, el maestro José Goikoa construyó este edificio en estilo inglés, aunque le incluyó algunos elementos neogóticos. El complejo se completó con caballerizas, casa de oficios y cocheras. Asimismo, dispuso de un gran parque proyectado por Pierre Ducasse. En total, el Palacio Miramar y su parque abarcan una superficie de 34.136 m².

Tras la muerte de la reina, la finca pasó a ser propiedad de Alfonso XIII. En la época de la II. República fue expropiada y, años más tarde, devuelta a los Borbón. El Ayuntamiento compró parte de la propiedad (el palacio y los actuales jardines) en 1972.

Actualmente el acceso a los jardines es libre, mientras que el palacio se abre al público en contadas ocasiones. Aquí se celebran, por ejemplo, los cursos de verano de la UPV y algunos conciertos de la Quincena Musical.



Palacio Jardines y la división de las dos playas 

 Yo en el Palacio Miramar 


Playa de Ondarreta
Playa de Ondarreta
Ubicada en la Bahía de La Concha, separada de la playa del mismo nombre, tiene una longitud media de 600 m, anchura media de 100 m.


El acceso peatonal, transporte público y los aparcamientos son adecuados. En el extremo oeste de la playa se inicia el paseo que termina con el Peine de los Vientos. Es una playa de sustrato arenoso y uso masivo. Se separa de la playa de la Concha por un túnel debajo de Palacio Miramar donde está una pequeña virgen de Loreto. Y en la playa se divide por una roca bajo los jardines. Le llaman Peñón de Loretopea.



Ondarreta en verano con las típicas sombrillas.

A pesar de ser mucho más pequeña que la playa de La Concha, tiene mucha más superficie para plantar la sombrilla al estar menos expuesta a las mareas y contar así con mucha más anchura, siendo la playa más familiar de todas.

Ondarreta con la marea muy baja  llena de piedras 

Aunque parece que poco a poco van desapareciendo, esta playa era conocida por la gran cantidad de piedras que aparecían año tras año y que destacaban con la arena fina del resto de playas de San Sebastián. Parece que últimamente salen poco a relucir, pero cuando entras un poco mar adentro, ahí están… Y es que es normal, ya que en marea baja casi se puede ir andando a la Isla.




¡¡Y hasta aquí este paseo  esta vez es parte de la Bahía de la Concha!!



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